-Bella, nos vamos.
Era una opción aceptable, ya estaba preparada, pero se lo pregunté:
-¿Por qué ahora? Otro año...
-Bella ha llegado el momento. De todos modos, ¿cuánto tiempo más podemos quedarnos en Forks? Carlisle apenas puede pasar por un treintañero y actualmente dice que tiene treinta y tres. Por mucho que queramos, pronto tendremos que empezar en otro lugar.
-Cuando dices nosotros...
-Me refiero a mi familia y a mí.
-Vale. Voy contigo.
-No puedes venir Bella. El lugar a donde vamos... no es apropiado para ti.
-El sitio apropiado para mi es aquel en el que tú estés.
-No te convengo Bella.
-No seas ridículo- quise sonar enfadada, pero solo conseguí sonar suplicante-.. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
-Mi mundo no es para ti- repuso con tristeza.
-¡Lo prometiste! Me prometiste que siempre permanecerías...
-Siempre que fuera bueno para ti.
-¡No! Esto tiene que con mi alma, ¿no?, Carlisle me habló de eso, y no me importa, Edward. ¡No me importa! Puedes llevarte mi alma, porque no la quiero sin ti, ya es tuya!
-Bella, no quiero que me acompañes.
-¿Tú... no... me... quieres...?
-No.
-Eso cambia las cosas.
-En cierto modo, te he querido, por supuesto, pero me he cansado de intentar ser lo que no soy; no soy humano... he dejado que esto llegará , muy lejos, y lo lamento.
-No, no lo hagas... -conteste con un hilo de voz.
-No me convienes Bella.
-Si... eso es lo que quieres- asintió.
-Me gustaría pedirte un favor.
-Lo que quieras- prometí, y esbozó una pequeña sonrisa que no llegó a sus ojos.
-No hagas nada desesperado o estúpido ¿entiendes lo que te digo?
-Si, lo haré- prometí.
-Te haré una promesa a cabo, te garantizo que no volverás a verme. No regresaré ni volveré a hacerte pasar por todo esto. Será como si nunca hubiese existido.
(...)
-Adiós, Bella.
-¡Espera!- grité. Se había ido.
El amor, la vida y su sentido... se había ido.
-¡No! -grité- ¡Edward, mírame!
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| Será como si nunca hubiese existido. |
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